jueves, 4 de junio de 2009

Hallan muertos al Capitán Alegría y a Audrey Hepburn en las costas de California

Varios rumores ya indicaban el trágico final de estos amantes. Un cuaderno, del propio Alegría nos revela parte de la historia:

“Nadie sabe la verdad. Espero que algún día puedan perdonarme. Yo era capitán del bando franquista y, un día antes de la victoria de nuestro bando, me entregué a los republicanos. Nadie nunca entendió el porqué de mi acto abominable. No quería formar parte de la victoria, una victoria conseguida con el sufrimiento y el dolor de demasiada gente, demasiados hermanos. Pasé a ser el rendido. Tras años de torturas y cárceles oscuras, logré escapar de España y me exilié a las Américas. Lo que nadie descubrió jamás era el verdadero motivo de mi absurda rendición y mi horrible exilio: estaba enamorado de una bella actriz americana. Audrey Hepburn, mi Audrey. Llegué a los estudios Warner en busca de mi amada, y conseguí estar cerca de ella. Mi tarea como limpiador de los estudios me permitía ver esos ojos, esa cara y esas manos que tanto daño y amor pudieron darme. No llego a entender porqué me llaman acosador. ¿Acosador yo? Yo no la sigo, únicamente la observo y le dejo notas. Deben ser anónimas, pues podrían descubrirme. Tras intentos fallidos de acercamientos a mi bella flor, conseguí una cita, y un beso, y una sonrisa, incluso su amor. Todo llegó a su fin demasiado rápido. Los malditos franquistas no podían dejarme vivir en paz. Les removía demasiado la conciencia y tuvieron que buscarme. Cuando Audrey se enteró… se me cae el alma al suelo al recordar sus reproches… No pude evitarlo. Decidí acallar el sufrimiento con el suave veneno de los clásicos de Shakespeare. No la maté, ¡jamás! Le di la llave del paraíso junto a mí. El veneno hizo efecto rápido. Pronto estaremos juntos mi amor…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario